Confieso que para saturarme a mí hay que caminarme mucho, la verdad. Soy de paciencia pequeña pero de sordera larga así que eso me otorga un extra de tolerancia que además estiro con muchas dosis de optimismo, de ese que me nace de forma innata y que a veces me gustaría medir pero que no puedo. Soy difícil de saturar pero cuando llego al límite hay un punto de no retorno imposible de rectificar. Me ha pasado con familiares a los que quiero y que llegados a esa línea se ha producido el derrumbe dentro de mí. Entonces emerge el muro de contención y ya no puedo dar marcha atrás, no consigo volverme flexible ni empatizar. Me apena porque como he dicho me ha pasado con familia pero también con amigos y eso me apena aún más. En fin, cosas…
¿Un cafe?
🙂
Eso es tolerancia al límite. Te entiendo perfectamente. Cosas…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo peor es que luego me sabe mal…pero es que ya es imposible, no puedo. Cosas, cosas… 😉
Besitos, Santi!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Los que no nos gusta el conflicto abusamos de la tolerancia, igual pensando que el tiempo y los cambios de parecer de las personas volverán a poner las cosas en su sitio, pero la tolerancia no es infinita y el tiempo sí, y se acaba rompiendo el equilibrio. Y a veces, llegados a este punto, puede haber una inflexión y entonces tenemos que aplicar nuestra gran tolerancia sobre nosotros mismos para volver a alcanzar al equilibrio, y ganar todos.
Buf, cómo me enrollo…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es exactamente así, aunque a veces la medida de tolerancia que usamos para los demás no es la misma que nos aplicamos a nosotros mismos. Lo hacemos en una dosis mucho más pequeña y ahí nace el conflicto interno. Pero admito que cada vez el conflicto me dura menos, he aprendido a aceptarme y lamerme la inflexión con saliva de cariño, jeje.
Tú te enrollas? pues anda que yo! jajaja 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Demasiado autoexigentes es lo que somos. Voy a ver si en Amazon hay saliva de esa que dices, que tiene que ir muy bien. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Irma Ló , yo espero que como con todo o casi todo , se pueda arreglar y que no haya que lamentar males mayores , pero en cierta manera tienes razón , pero una vez que se a dado ese paso ya no hay marcha atrás , me alegro de que estés bien , te deseo una feliz tarde besos de tu hermanamiga Flor.
Pd , No estaría mal tomarnos ese café y charlar un poco , ya que hace mucho tiempo que no conversamos ¿ Te animas?
Me gustaLe gusta a 1 persona
No, preciosa, no ha pasado nada, eh? es solo una reflexión a viva tecla.
Oye, sí! claro que me animo, hemos de tomarnos un café de palabras y ponernos al día ya mismo! 😉
Un besote y un abrazo extrafuerte, guapísima!! espero que estés bien y tu salud cada día vaya a mejor ❤
Me gustaMe gusta
Poner pie en pared, así lo definiría. Cuando una actitud reiterada nos obliga a decir: Hasta aquí podíamos llegar. Creo que a todos nos ha pasado con algún familiar y es triste. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, es triste y además implica ese malestar con uno mismo, pero hay que saber cuando poner un límite. Gracias por tus palabras, Carlos. Un abrazo!
Me gustaMe gusta