Fue todo tan improvisado, tan de «wualaaa, fíjate!» que no llevaba el objetivo más idóneo para fotografiar el paisaje. Pero no importó, mi 40mm se portó y «ojos adentro» me llevé, enterito, el atardecer más bonito del mundo. Elegí el día más frío y ventoso de Enero, pero no cambio por nada del mundo la sensación del … Sigue leyendo ❥ Con la cara llena de sol