Llueve sin parar y la cadera derecha me martiriza. Cada vez tengo más claro que es un problema muscular o de nervio y no de la cadera en sí (rezo), pero ya se verá. Ayer fuimos a la visita de mi nuevo traumatólogo, ni me gustó ni me desagradó, lo dicho, ya se verá. Me va a hacer mil pruebas para ver cual es el origen del dolor y según lo que sea veremos qué se puede o no hacer. Yo empiezo a cambiar el chip porque o consigo volver a tener una vida mínimamente «activa» o me volveré aún más majara. Esta mañana tenía que ir a hacerme una densiometría pero entre la lluvia y el puñetero dolor la he aplazado a la próxima semana. Esta mañana también, mientras observaba la lluvia con el agobio pegado a la ventana, he recordado un poema de Ana María Matute y creo que he oído un click en ese interruptor interno que desbloquea la imaginación.

“El mundo hay que fabricárselo uno mismo,
hay que crear peldaños que te suban,
que te saquen del pozo.

Hay que inventar la vida
porque acaba siendo verdad.”

                                     Ana María Matute

❤️🧡💛💚