Hace días que el cuerpo me pide freno, tardes de sofá y ventana, un buen libro, mi libreta de espiral (y mi boli verde), dos terrones de calma, salir del olvido persistente, escuchar la respiración del aire, sólo el aire, formar parte del irresponsable, lamerme la imprudencia de raíz, habitar la última fila del mundo, bailar, no pensar más que en sábanas tendidas y cielos con olor a mandarina, atravesar el cortinaje de una lluvia imaginaria, descubrir el mundo que esconde el relámpago, percibir el aroma de aquellas flores de vigilia, deshabitarme, columpiarme, desenredar el laberinto, plantar flores en el último cráter de Venus…
(¿Vienes?)
Pues no sé si ir, porque por mucho freno que te pida el cuerpo hay 19 cosas más en la lista de peticiones, y además puntos suspensivos. Yo creo que me quedaré en los huecos de esos puntos suspensivos.
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Jajaja ¿19? pues se me han quedado muchas más en el tintero, es lo que tiene tener las piernas de plomo y la mente inquieta jeje. Los puntos suspensivos me parecen un buen lugar, si te cansas de los huecos siempre puedes sentarte en sus bordillos… 😉
Besos, Santi!
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Sí, me puedo sentar en el bordillo de un hueco para contemplar el otro. Me parece buena idea. 🙂
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😉
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¡ Voy !
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Ohhhh, qué regalazo de musica, Carlos, me encanta! Muchas gracias!! 😍😘
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un montón de emociones
en un poco de letras, felicidades
pasa por mi blog que hay una nominacion para ti.
un abrazo!
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Ohhhh, muchísimas gracias! Llevo un tiempo si asomarme por aquí y al volver me encuentro esta agradable sorpresa. Mil gracias!!! 💚
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