De la mala resaca de febrero (médicos y sustos varios) me ha quedado, como coletilla, una especie de apatía extraña que intento disimular tragando saliva de silencio. Desde el primer día febrero fue canallesco, espinoso y de una verticalidad agotadora. Después llegó marzo y las aguas volvieron a su cauce. Todo va por su curso, todo ha quedado sujeto a una inercia de la que he aprendido que bajar la guardia tampoco es un crimen. Marzo, el balsámico, me está llevando a retomar pequeñas parcelas y en pequeñas porciones. Como el blog.
Como las flores de los lunes.
❤
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Feliz inicio de semana, preciosa. Besitos!
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Igualmente para tí, linda.. Besos y abrazos de luz ❤
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Con el tiempo que estamos teniendo, los árboles están que estallan, esperemos que alguna helada no se cargue todos los frutos
Que este mes te siga resultando balsámico y todo lo de Febrero se quede en un mal recuerdo
Besos
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Ay, sí, esperemos que no hiele y que llueva sobretodo. Cada vez que veo el bosque y recuerdo los días que hace que no llueve (al menos por Cataluña) me entran todos los males… en fin. Muchas gracias por los buenos deseos, Soqui, ojalá marzo siga así de balsámico, y no solo para mí sino para todos. Ah, y que llueva! 😉
Un besito!
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