Ayer tuve uno de esos días de dolor intenso. Cuando el dolor de piernas se me sube a la cabeza suelo encapsularme bastante. De qué sirve contaminar a los demás? de nada, ya lo aprendí de niña. Cuando el dolor primario deja replicas empiezo a sumar coordenadas y me enrosco en espiral sin que nadie lo perciba. Dejo que pase. Que pasen, el dolor, el agotamiento, la sensación de fragilidad infinita. Me hice estas fotos en un momento de penumbra, luego fue estupendo superar el tercer escalón y remontar.
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Mucho ánimo siempre, cielo 😉 Abrazos d luz ❤
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Siempre lo estoy, preciosa, muchísimas gracias por tu cariño! ❤
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Ese terrible dolor que es como una costra. Espero que se pasará pronto. Un abrazo.
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Es cierto, como una costra (me encanta la definición). Se pasó, Carlos, aunque yo soy del gremio de los que tienen dolor crónico, de ida y vuelta, estoy muy acostumbrada. 😉 Besitos!
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