El Otoño «me sabe» a incienso. No, no, mejor dicho, el Otoño ES incienso. Mientras lo enciendo pienso en hacer galletas, o quizá panellets!, y me sorprendo porque de un tiempo a esta parte toda yo he cambiado. Antes no me gustaba cocinar, y ahora… Antes me encantaban el bullicio, las voces, el caos, los debates y ahora… Bueno, quizá esos cambios no sean más que saturación, ciclos, situaciones, nudos espaciados del cordón vital. Quizá tengan mucho que ver el cansancio, el otoño, el dolor o las hormonas (a veces creo que las personas no somos más que meros impulsos hormonales) pero estos días tengo los oídos ciegos y son enormes las ganas de recogerme en un pliegue de calma. La luz invita, claro. Tan tenue, tan suave, tan de caricias y arrímate.
Bravo!!👏👀
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Los aromas siempre dan pistas
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Creo que me voy a unir a esta iniciativa!
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