Junto pequeños verdes sobre una esquina del mantel. Hoy de nuevo he dormido en una diagonal incómoda pero aún así he descansado. Es un día extraño, me sorprendo a mí misma acariciando las paredes sin ganas de nada. Afuera, la ventana abierta me regala un delicioso olor a lluvia recién nacida. No tengo el día bien conjugado, no. De hecho estos días no tengo demasiadas ganas de nada. La radio a mi derecha vomita sin cesar un abanico multicolor de chatarra política. Cierro el interruptor de la atención y pienso que debería venir un huracán y llevarse de un soplo tanta hipocresía. Debería yo, también, escribir siempre cosas bonitas en el blog, pero perdería su auténtico sentido, la verdad. Estoy cansada y quizá por ello me resulta tremendamente fácil sumergirme en mis propios laberintos para detectarme el incendio. El miedo no me nace del dolor físico sino de la certeza de que estoy ya a punto de quirófano y eso, sin yo quererlo, genera una onda expansiva a mi alrededor. Ahí está la gran, la inmensa roca. La tercera en mi vida. Y el vértigo, sostenido en el cuarto nivel, va haciendo piruetas sobre el trapecio. En fin, inspiro hondo y escucho música. A veces se me olvida que mis pequeños verdes saben crecer perfectamente sobre la piedra.
Me maravillan tus palabras tan coloridas. 😉
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Gracias, Santi, eres un sol. 🙂
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Querida Irma lo, t sigo desde hace mucho tiempo, siento q t conozco desde siempre. Decirte que eres importante para mi. Desearte lo mejor y un abrazo enorme.
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Ohh, no sé tu nombre pero muchísimas gracias por tus palabras, de corazón. Un abrazo inmenso!
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Me gusta mucho tu forma de expresarte y como lo transmites, recuerda que por muy oscuro que se ponga todos los día sale el sol, muchooo animo y fuerza.
Un abrazo grandeee besooossss.
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La foto dice mucho, verde esperanza sobre árida roca. Con mucho cariño te mando un abrazo.
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Te deseo fuerza, Irma. Y te mando un abrazo de os fuertes también.
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Querida, cada una desde la esquina de su corazón siempre me da la sensación que andamos cogidas de la mano. Te acompaño ahí por donde vayas, sea alegría o no tanta.
Te quiero, mi vida!
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