No siempre, pero a veces durante nuestro paseo Duna frena el paso, se sienta (como en la foto) y espera. No sabemos a qué o a quién, solo se sienta, mira fija hacia el horizonte y no mueve un pelo. Tampoco se eriza o gruñe, no, simplemente mira sin parpadear y espera. Pasado medio minuto se levanta y continua el camino correteando a nuestro lado, olisqueando y…en fin, a lo suyo de forma totalmente normal.
Yo siempre caigo y miro en su dirección. ¿Qué hay, Duna? ¿Qué ves allí? Nada. Nadie. Viento.
«Es que ellos perciben y ven cosas que nosotros no vemos», me dicen. No lo sé, la verdad, pero yo por si las moscas cambio la mirada de rumbo y me pierdo en el placer amable del sol incendiando de luz el atardecer.
¿Un poco de música? —>♬
Es cierto, los animales perciben cosas que nosotros, no… Yo también lo creo así!
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Es un momento muy hermoso Ló, gracias por compartirlo. Un beso.
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Estos pequeños nuestros son increíbles ¡Ojalá fueran eternos!
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Cómo son estos bichos! 🙂
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Seguramente ve a alguien o algo, sólo ella lo sabe.
Abrazos de luz
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Perciben lo que nosotros no podemos ver. Es maravilloso! Igual que el lugar y las fotos. Sigue, guapa!
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